sábado, 20 de septiembre de 2008

Susurros del silencio

No puedo escribir mas allá de los sueños,
y es dormido donde los fantasmas se comen la realidad,
donde soy yo, sin serlo.

Ahora estoy despierto, me escuecen los oídos de ver llorar.

Se me agrietan las manos de sentir la sequedad del alma.

Y me doy miedo, mucho miedo, pues soy yo, sin serlo.



Mis pupilas cerradas ven un trovador sin mentira,
sin cuento, con una historia, real y de mal gusto.


Y me escuece tenerla dentro, pero creo no saber contarla,
creo regalar una rosa con espinas, muchas espinas.

Va de hombres, y de mujeres, de sentimientos,
y de prioridades, y es aquí donde me pierdo.

No diferencio sentir con amar, odio con rencor.


No me apetece escribir más. Adios.

2 comentarios interesantes:

Carmen-Mª López dijo...

A veces a nadie le apetece escribir, es mejor dejarlo, no plasmas nada porque todo eso hace daño. Sin embargo es la única forma de que esta herida abierta cicatrice, eso es la literatura, salvarnos de algo.


Un saludo

MaRnEzZ dijo...

A veces es necesaria una pausa para un nuevo comienzo renovado y mejor.
:)
Un abrazo